El hammam está anclado en las tradiciones marroquíes desde el siglo VII, reconocido por todos sus beneficios.
Bajo el efecto del calor, los poros se dilatan, despues cubrimos el cuerpo con jabón negro (jabón beldi), lo dejamos reposar un tiempo, luego con el guante (kiss o kessa) hay una gomita a su disposición para exfoliación, después del enjuague, envoltura corporal a base de arcilla (ghassoul). Finalmente el champú y enjuague. Te lavan como bebés.
Nuestro hammam es privado, por lo que podemos recibir una pareja, una familia. Después de cada uso, el hammam se limpia y desinfecta.